Translate

jaguar



El jaguaryaguar o yaguareté (Panthera onca) es un carnívoro félido de la subfamilia de los Panterinos y género Panthera y la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor félido de América y el tercero del mundo, después del tigre (Panthera tigris) y el león (Panthera leo).
distribución actual
se extiende desde el extremo sur de Estados Unidos continuando por gran parte de América Central y Sudamérica hasta el norte y noreste de Argentina. Exceptuando algunas poblaciones en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido prácticamente extirpada en los Estados Unidos desde principios de la década de 1900.
Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca, junto con el tigre, por ser un félido al que le gusta nadar.
Es fundamentalmente solitario
Caza tendiendo emboscadas, siendo oportunista a la hora de elegir las presas. Es una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita; al ser un superpredador, regula las poblaciones de las especies que captura. Los ejemplares adultos tienen una mordedura excepcional mente potente, incluso en comparación con otros grandes félidos, lo que les permite perforar los caparazones de reptiles acorazados como las tortugas y utilizar un método poco habitual para matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para propinar un mordisco letal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando al cerebro.
Panthera onca está calificado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi amenazada» y su número está en declive. Entre los factores que lo amenazan se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el comercio internacional de ejemplares de esta especie o sus partes está prohibido, este félido muere con frecuencia a mano de los humanos, especialmente en conflictos con ganaderos. Aunque reducida, su distribución geográfica continúa siendo amplia. A lo largo de la historia, esta distribución le ha otorgado un lugar prominente en la mitologíade numerosas culturas indígenas americanas, como los mayas y los aztecas.

Reproducción y ciclo vital


Las parejas se separan después del coito y las hembras se encargan del cuidado de los cachorros. El periodo de
 gestación dura entre 93 y 105 días; las hembras paren habitualmente 2 crías, aunque el número puede oscilar entre 1 y 4. La madre no tolera la presencia de machos después del nacimiento de las crías, por el riesgo de canibalismo infantil; este comportamiento también se observa en el tigre.
Las hembras alcanzan la madurez sexual aproximadamente entre los 12 y 24 meses de edad y los machos entre los 24 y 36 meses. Se cree que en estado salvaje se aparean durante todo el año, aunque el número de nacimientos se incrementa durante la estación lluviosa, cuando las presas son más abundantes. Investigaciones realizadas con machos en cautividad apoya la hipótesis de que se emparejan durante todo el año, sin variaciones estacionales en las características del semen y la calidad eyaculatoria; también se ha observado un éxito reproductivo reducido en cautividad. El celo de la hembra dura 6-17 días de un ciclo completo de 37 días; las hembras indican que son fértiles con marcas odoríferas urinarias y una mayor vocalización. Durante el cortejo ambos sexos cubren un territorio más amplio del habitual.
Las crías nacen ciegas e indefensas y dependen por completo de su madre; empiezan a ver después de dos semanas. Los cachorros son destetados a la edad de 3 meses, pero permanecen en la madriguera donde han nacido hasta los 5 o 6 meses, momento en el que empiezan a salir para acompañar a la madre cuando va de caza. Permanecen en compañía de la madre durante 1 o 2 años antes de abandonarla para establecer su propio territorio. Los machos jóvenes son inicialmente nómadas, enfrentándose con ejemplares más viejos hasta que consiguen hacerse con un territorio. Se estima que su longevidad típica en libertad es de unos 11-12 años; en cautividad puede vivir hasta 25 años, habiéndose registrado incluso una hembra que alcanzó los 32 años, lo que lo sitúa entre los félidos más longevos.

Caza y dieta

Al igual que el resto de los félidos, es un carnívoro estricto, esto es, que se alimenta exclusivamente de carne. Es un cazador solitario y oportunista y su dieta abarca más de 80 especies diferentes. Prefiere presas grandes, fundamentalmente mamíferos diurnos, como capibaras, tapires, pecaríes y en ocasiones ciervos, pero también caza caimanes e incluso anacondas adultas, aunque incluye entre sus presas prácticamente de todas las especies pequeñas que pueda capturar,como ranas, agutíes, aves grandes, peces,puercoespines o tortugas; un estudio llevado a cabo en la Reserva natural de Cockscomb de Belice reveló que los ejemplares que vivían en la zona tenían una dieta compuesta principalmente por armadillos y pacas. En algunas zonas, como Brasil y Venezuela, en su hábitat natural también se cría ganado, por lo que algunos individuos pueden especializarse en la captura de animales domésticos.

Aunque utiliza la técnica de asestar un mordisco profundo en el cuello para provocar la asfixia en sus presas, típica del género Panthera, prefiere un método de matar único entre los félidos (especialmente con el capibara): muerde directamente los huesos temporales del cráneo entre las orejas de las presas con sus colmillos, perforándolos hasta alcanzar el cerebro. Esta técnica podría ser el resultado de una adaptación para abrir los caparazones de las tortugas: después de las extinciones del Pleistoceno superior, los reptiles acorazados como las tortugas se habrían convertido en la base de presas abundantes para el jaguar. Una vez que rompe el caparazón, simplemente mete la pata dentro y extrae la carne. El mordisco en el cráneo lo utiliza con los mamíferos en particular; con reptiles como los caimanes, puede saltar sobre la espalda de la presa e inmovilizarla partiéndole las vértebras cervicales. Con presas como los perros, asestar un zarpazo para aplastarles el cráneo puede resultar suficiente.

Después de matar a la presa, la arrastra entre la espesura o a un lugar escondido. Primero come el cuello y el pecho, en lugar de la parte central, sigue con el corazón y los pulmones y después las espalderas. Se estima la necesidad alimenticia de un ejemplar de 34 kg (en el extremo inferior del rango de pesos de la especie) en 1,4 kilogramos de comida al día. Para animales en cautividad de entre 50 y 60 kg, se recomiendan más de dos kilogramos de carne diarios. En la naturaleza, el consumo es naturalmente más errático; los félidos salvajes gastan una energía considerable para capturar y matar las presas y pueden consumir hasta 25 kg de carne de una vez, y después pasar periodos de inanición. A diferencia de las demás especies del géneroPanthera, no existe ningún registro de ataque sistemático a humanos y apenas hay casos documentados de jaguares atacando a humanos. La mayoría de los pocos casos de ataques a personas muestran que el individuo en cuestión es o bien viejo, con los dientes dañados, o está herido. En ocasiones, si se asustan, los ejemplares en cautividad pueden arremeter contra los empleados del zoo.
Es un cazador más dado a preparar emboscadas que a la persecución. Se desplaza sigilosamente por caminos del bosque, escuchando y acechando la presa antes de lanzarse sobre ella o prepararle una emboscada. Ataca desde su escondrijo con un salto rápido, habitualmente desde un punto ciego del objetivo; la capacidad de emboscada de esta especie está considerada casi sin parangón en el mundo animal tanto por los indígenas como por los investigadores de campo, y son probablemente producto de su papel como superpredador en distintos entornos. La emboscada puede incluir saltar dentro del agua para perseguir la presa, pues es capaz de llevar una de buen tamaño nadando; su fuerza es tal que puede cargar con cadáveres tan grandes como el de un novillo hasta lo alto de un árbol que sobresalga del nivel del agua.


Distribución y hábitat


Su distribución actual está muy fragmentada y se extiende desde el extremo sur del estado de Arizona en el sudoeste de los Estados Unidos, a través de América Central, hasta el norte de Argentina, incluida la mayor parte de la amazonia brasileña. Los países en los que aún sobreviven ejemplares silvestres de esta especie son: Argentina, Belice, Bolivia, Brasil,Colombia, Costa Rica (en particular en la península de Osa), Ecuador, Estados Unidos,Guatemala, Guayana Francesa, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam y Venezuela. Actualmente ha sido extirpado en El Salvador y Uruguay.
Se encuentra en muchas reservas naturales a lo largo de su ámbito de distribución, como pueden ser los 400 km² de la Reserva natural de Cockscomb en Belice, los 3800 km² de laReserva de la Biosfera Sierra Gorda, los 5300 km² de la Reserva de la Biosfera Sian Ka'an y los 7300 km² de la Reserva de la Biosfera de Calakmul en México, los aproximadamente 15 000 km² del Parque Nacional del Manú en el Perú, los aproximadamente 26 000 km² del Parque Indígena del Xingu en Brasil, los 30 000 km² del Parque nacional Canaima en Venezuela o los 38 000 km² del Parque nacional Parima-Tapirapeco, también en Venezuela.
La inclusión de los Estados Unidos en su área de distribución se basa en observaciones ocasionales en el suroeste, particularmente en Arizona, Nuevo México y Texas. A principios de la década de 1900, se lo podía ver tan al norte como el Gran Cañón y tan al oeste como el Sur de California. En 2004, agentes de medio ambiente de Arizona fotografiaron y documentaron ejemplares de Panthera onca en la parte meridional del estado y en febrero de 2009 se capturó un ejemplar de unos 54 kg, al que se le colocó un collar de seguimiento por radio y fue liberado al suroeste de Tucson; esta captura se produjo más al norte de lo que se había considerado anteriormente, lo que representa una señal de que podría haber una población reproductiva permanente al sur de Arizona. Posteriormente se confirmó que el animal era el mismo macho (conocido como «Macho B») que había sido fotografiado en 2004 y que por entonces era el ejemplar más viejo conocido en libertad (aproximadamente 15 años). En marzo de 2009,«Macho B», el único ejemplar observado en los Estados Unidos desde hacía más de una década, fue recapturado y sacrificado tras descubrir que padecía de insuficiencia renal. Un macho fue fotografiado el 19 de noviembre de 2011 en el condado de Cochise, en el estado de Arizona, bastante al norte de la frontera internacional, confirmando un avistamiento previo desde un helicóptero.
Organizaciones ecologistas consideran que la finalización del muro fronterizo Estados Unidos–México, tal como se propone actualmente, reducirá la viabilidad de cualquier población que se encuentre actualmente en los Estados Unidos al disminuir el flujo génico con las poblaciones mexicanas e impedirá cualquier expansión hacia el norte de la especie.
El hábitat de P. onca incluye las selvas húmedas de Centro y Sudamérica, zonas húmedas abiertas y de forma estacional inundadas, y praderas secas. De entre estos hábitats, prefiere el bosque denso; este félido ha perdido terreno más rápidamente en las regiones más secas, como la pampa argentina o las praderas áridas de México y el suroeste de los Estados Unidos. Puede vivir en bosques tropicales, subtropicales y caducifolios secos. Está estrechamente relacionado con el agua y a menudo prefiere vivir al lado de ríos, pantanales y selvas densas con mucha vegetación que le permiten asediar a sus presas. Se han encontrado ejemplares a altitudes de hasta 3800 m, pero suelen evitar los bosques de montaña y no viven ni en la altiplanicie mexicana ni en la cordillera de los Andes.

Estado poblacional

Las poblaciones de este gran félido se encuentran actualmente en declive. El animal está catalogado como especie casi amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que quiere decir que podría estar amenazado de extinción en un futuro próximo. La pérdida de parte de su ámbito de distribución, incluida su práctica eliminación de sus áreas históricas en el norte, así como la creciente fragmentación de las zonas restantes, ha contribuido a su estatus actual. Durante los años 1960 hubo un declive especialmente significativo, con más de 15 000 pieles de esta especie extraídas de la Amazonia brasileña cada año; gracias a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas (CITES) de 1973, se produjo una drástica disminución del comercio de pieles. Un estudio detallado que se realizó bajo los auspicios de la Wildlife Conservation Society (WCS) reveló que ha perdido el 37% de su distribución histórica y se desconoce su situación en un 17% adicional. Un aspecto más favorable fue que la probabilidad de supervivencia a largo plazo fue considerada elevada en un 70% de la distribución actual, especialmente en la cuenca del Amazonas y las regiones adyacentes del Gran Chaco y el Pantanal.

Amenazas

Entre sus principales amenazas se encuentran la deforestación de su hábitat, un creciente incremento de la competencia por la comida con los humanos, la caza furtiva, los huracanes en la parte septentrional de su distribución y los enfrentamientos con los ganaderos, que a menudo los matan en las zonas donde cazan ganado pues, cuando se adapta a la presa, se ha comprobado que caza ganado bovino como parte importante de su dieta; sin embargo, mientras que la deforestación para crear zonas de pasto es un problema para la especie, su población podría haber aumentado tras la introducción de ganado bovino en América del Sur al aprovecharse los félidos de esta nueva fuente de presas. Esta tendencia a cazar ganado ha llevado a los propietarios de ranchos a contratar cazadores especializados a tiempo completo.
Panthera onca es una especie incluida en el Apéndice I de la CITES, por lo que está prohibida cualquier forma de comercio internacional de esta especie o sus partes. Su caza está prohibida en Argentina, Belice, Colombia, Estados Unidos, Guayana Francesa, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Surinam, y Venezuela. Su caza está restringida como «animales con problemas» en Brasil, Costa Rica, Guatemala, México y Perú, mientras que la caza deportiva todavía se permite en Bolivia. La especie carece de protección legal en Ecuador y Guyana.
Los esfuerzos de conservación actuales a menudo se concentran en educar a los criadores de ganado y promover el ecoturismo. Generalmente se lo define como una «especie paraguas», esto es, una especie con una distribución y unas necesidades de hábitat lo bastante amplias para que, si se la protege, también se estará protegiendo a otras muchas especies con una distribución más pequeña. Las especies paraguas sirven de «enlaces móviles» en su entorno, en el caso de esta especie mediante la depredación. Así pues, las organizaciones conservacionistas se concentran en proporcionar un hábitat viable y conectado para este félido, con la idea de que también se beneficiarán otras especies.
Dado lo inaccesible de gran parte de la distribución de la especie (particularmente el Amazonas central) resulta difícil hacer una estimación de su número. Los investigadores se suelen concentrar en biorregiones concretas, de manera que hay pocos estudios sobre toda la especie. En 1991 se calculó que vivían entre 600 y 1000 ejemplares en Belice, y en el Parque Nacional Kaa Iya de Bolivia se contabilizaron entre 3 y 4 ejemplares cada 100 km². En un estudio en la Reserva de la Biosfera de Calakmul estimaron una población de unos 500 ejemplares y la población de las mayores reservas de la Región Maya (sureste de México y noroeste de Guatemala y Belice) fue estimada en 2000 individuos; sin embargo, sólo las de México y Guatemala fueron suficientemente grandes para mantener poblaciones de más de 400 individuos. Trabajos realizados utilizando trampas-cámara y telemetría por GPS en el año 2003 y 2004 detectaron una densidad de sólo 6 o 7 ejemplares por cada 100 km² en la crítica región del Pantanal, en comparación con los 10 u 11 contabilizados con métodos tradicionales, lo que sugiere que los métodos de muestreo más extendidos podrían inflar el número real de ejemplares de la especie.
En el pasado su conservación se hacía en ocasiones por medio de la protección de zonas donde la población local o bien se encuentra estable o está en aumento; estas zonas, denominadas «Unidades de Conservación de Panthera onca», eran grandes áreas pobladas por unos 50 ejemplares. Sin embargo, algunos investigadores determinaron recientemente que, con el fin de asegurar que el patrimonio génico se comparta lo suficiente como para mantener la especie, era importante que las poblaciones de esta especie estuvieran interconectadas. A estos efectos, se han iniciado nuevos proyectos para conectar estas zonas de protección de la especie.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Copyright © D3T0D0UNP0C0 Design by BTDesigner | Blogger Theme by BTDesigner | Powered by Blogger

Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más